Recolectar hongos es una tradición para Johnny Martínez vecino de Ecatzingo que desde pequeño aprendió a distinguir los comestibles de los venenosos para venderlos y llevar el sustento a su hogar.

Desde los 15 años empezó a recorrer los montes con su papá y sus hermanos, levantándose a las 4 de la mañana “somos recolectores de temporal solo cuando llueve desde los meses de mayo a octubre”.

Subrayó que sabe cuáles son los “buenos” y “malos” como comúnmente se le conocen “los que no tienen un tipo de ajonjolí en la parte superior de los hongos son los comestibles o cuando se hacen los guisos y se les agrega ajo y empiezan a cambiar de color son venenosos”.

Martínez indicó que, desde sus abuelos, su papá y ahora sus hijos siguen con la tradición de recolectar hongos y que su papá les enseño que tienen diferentes usos.

“Los hongos sirven a los seres humanos para la producción de alimentos, fabricación de medicinas, extracción de sustancias psicotrópicas y venenos, entre otros usos. Se cree que existen casi 80.000 especies de setas de las cuales el 10% son tóxicas”, dijo.

A la vez que invitó a la ciudadanía a que visiten y prueben los hongos del municipio y si lo desean lo pueden contactar al número 5579304726.

Hay que destacar que los mexicas afirmaban que los hongos son “carne de dioses”. Mientras que los hongos sagrados tenían su origen en el Árbol Sagrado de Tamoanchan, situado en el lugar mítico habitado por los dioses, arriba de los trece cielos; a su vez relacionado con el Árbol Sagrado del Tlalocan, el Árbol de la Vida y que en la buscan los recolectores en los bosques.